Sunday, January 22, 2006

Cuarta entrega...sí, se acaba y no hay moscas para papeles...

V

Pero nuestro tercero debe nacer...

Como sabes que es nuestro...


VI

Es verdad que nunca estuve en tu día a día...en realidad en tus noches, tus días eran del descanso de tus ojos...al igual que yo, tú en la noche nacías al mundo de los demás, al tuyo...jamás al nuestro. Para qué recordar todo esto...ya no vale la pena, somos tres, seremos tres en un hogar, uno de verdad, uno que sea nuestro, uno que no sea de cartón...uno nuestro, uno que no sea la triste prisión de la pobreza.

Acaso sabes que el que viene es el tercero de esta mentira a la cual llamas el color de la felicidad. Cuántos antes que tú, cuantos contigo, cuantos vendrán...por qué lo permitiste...tú lo sabías, no digas que no, no se trata de intuición. Tú lo sabías, no me digas que no...por qué lo permitiste.

Mi pobreza era distinta, mi pobreza no era de sentimientos... mi pobreza era del alma, una pobreza pagana, triste, galopante y solitaria. Aunque si lo piensas bien, cuando se nace solo y pobre, cuando no existen puntos de comparación, entonces la pobreza no existe y sólo eres tú...y el hambre. No sé justificarlo, no puedo justificarlo, sólo conozco lo que he visto en las lejanas calles de la noche, la oscuridad es la madre del horror, la cortina que sabe cubrir la verdadera naturaleza del hombre...

Lindas son las palabras del espectador, del cobarde que sólo vé y no participa, del cobarde que se escuda es su torpe ignorancia y deja que el mundo cargue con el peso de su conciencia cobarde...acaso crees que no ser parte te libera de la culpa...tu culpa. Tanto más culpable es el que no ayuda como el que daña...y tu maldita ignorancia no te liberara de la culpa que hoy te obsequio.

Tuesday, January 17, 2006

Tercera entrega...¿se nos acaba el efecto?

Hacia frío en aquel espacio vacío que llamamos hogar...hogar de muchos no hogar de padres o familias. Allí hubo cierta imagen...una que me cautivó una de la cual me enamoré en el alma, no en el corazón. Fue aquella visión alegre la que me hizo salir de allí y buscar los colores de mi camino. Bastó levantar la vista y allí estaban. Era la sonrisa de mi madre ausente, era la sonrisa del padre que no tuve, era el rojo del calor del abrazo amigable del hermano perdido, extraviado, regalado al hogar de al lado. Pero no fue sino hasta que conocí el marrón de tus ojos de niña que no supe que debía hacer con ellos.

Allí estabas...tú y tu sonrisa llena de inocencia, tú y tu cara de niña sin rumbo, sin hogar, sin prisa, llena de amor...sin receptor. Y allí estuve yo deseando ser el receptor de tus alegrías egoístas, deseando ser yo el creador de tus alegrías compartibles, ser el complemento de tus vida...tus ojos te habían hecho el complemento de la mía, pero claro... tú eso aún no lo sabías. Desde entonces que te beso en mis sueños, desde entonces que beso tu cara y tu piel es parte de la mía, desde entonces tu amor se convirtió en el pincel de este cuadro que he pintado para ti.

De donde viene toda esta alegría, hoy no ha sido un buen día y las fuerzas me abandonan, casi no puedo ver el color de tus besos, casi no siento el olor de tu amor...sólo te pido que me lo recuerdes, porque sin ellos todo vuelve a ser gris. Cómo fue que te tomé para mí, cómo aprendí a no compartir tu amor, cuándo supe que éramos uno entre los dos y dos para los demás...no me dejarás de amar verdad...hoy no ha sido un buen día...hoy no quiero dejar de amar.

Los colores vienen desde nuestras almas, los colores nos vienen de regalo, no así la alegría...ésta la debemos buscar. Yo salí de mi encierro y la encontré parada en el portal...y, ya te lo dije, esa alegría eras tú. Hay cosas del corazón para las cuales el hombre aún no inventa palabras, una de esas es la belleza que reposa en tu piel. De ella no puedo hablar, sólo la puedo sentir.

Yo nací en la nada...yo crecí en la nada...nadie quiso que fuera parte de su vida y mucho menos de algo así como una familia. Yo fui mi familia, yo soy mi familia...tú eres mi vida y contigo sueño mi familia.

Cada vez que la noche caía mi mente despertaba en el hambre de la necesidad, cada noche la rutina de la lucha sin cuartel y de los territorios sin mayorazgo se grabaron en mí y en mí cultivaron el dolor...Cada noche la impotencia de ser utilizada y no ser querida fue tiñendo de sangre el dolor de mi alma. Cada noche un nuevo desagarro me pedía a gritos que dejará de vivir, que la vida no era eso, que la vida no podía ser eso...

Cada noche te busqué...nunca quise que sucediera de este modo...siempre fuiste mi niña en el portal, siempre fuiste la inocencia en una sonrisa… nunca quise que sucediera de este modo.

Thursday, January 12, 2006

Primera carta de amor con pocas palabras...segunda entrega...

II

Tú sabes que nací en la nada y que nadie reclamo el cadáver de mi inocencia. Tú sabes que nací de dios y que él protegió mi mente de la verdad para que el niño que era y fui no sufriera. Tú lo sabes porque siempre estuviste ahí, tú lo sabes porque naciste en la soledad de la mesa contigua.

¿Desde entonces nos amamos? ¿Será acaso que nos amamos incluso desde antes de saber que debíamos amarnos? ¿Incluso desde antes de sentir el escalofrío del amor?

Para eso no tengo respuesta...sólo el recuerdo de aquello que prefiero olvidar. Para eso no tengo respuesta sólo la certeza que nací para amarte.

Pero ¿por qué yo nunca supe como pintar mi vida si siempre te tuve? ¿Por qué me lo enseñaste? ¿Será que siempre lo supe y faltabas tú para darme inspiración?

Lo nuestro siempre fue hecho con pocos...el pan siempre fue migajas...no es bueno malgastar las cosas, sobre todo las palabras. Lo nuestro es una historia de amor que debe ser contaba con pocas palabras...las que sobren las guardaremos para el invierno de nuestros cuerpos, cuando una palabra tuya me entregue otra hora de vida...¿no crees que es lo correcto...mi vida?
III
Recuerdo los inviernos...esos horribles inviernos cuando el agua corría en sucios ríos de pobreza y nosotros moríamos gracias a la más desgraciada sed...la sed de la tristeza, la sed con hambre, la sed con frío...la sed impotente de saber que el agua corre y nos es tuya...que la comida se pudre sin que otros la coman o dejen que otros la coman.

Te he dicho que no lo recuerdo...de aquello sólo recuerdo el día en que se acabo la ponzoñosa marginalidad, el día en que la gente nuevamente me miró a la cara sin asco, sin repudios y sin buscar en sus bolsillos alguna moneda suelta, sucia e inútil para dármela con pena...con pena ¿por qué?...por dejar la moneda...por tener que mirarme...por tener que rozar mi mano mientras me daban la moneda...no en realidad no sé si no lo recuerdo o no lo quiero recordar...si acaso lo olvidé o lo tapie en la pieza oscura y sucia del fondo de mi mente...

Amor esos no son recuerdos...son sólo imágenes de un pasado que no fue...que no sirve para pintar. Recuerda que es la alegría la que pinta la vida...acaso no tienes imágenes de alegrías en tu vida...en la nuestra. Yo si las tengo y en ellas apareces siempre tú, deteniendo el tiempo, perpetuándote en mi espacio. Lo recuerdo bien, no como si fuera ayer, porque todos los días al despertar y verte a mi lado la imagen se repite y entonces volvemos a ser uno los dos, aquí en nuestra habitación...no me dirás ahora que no sabes de donde vienen los colores que tiñen nuestra habitación.

Sé de donde provienen los colores, lo que nunca supe es como aprendiste a pintar con ellos...

Tuesday, January 10, 2006

Comencemos con: Primer diálogo de amor con pocas palabras...

I
Sobre el apoyo de un buen recuerdo comienza la historia de un sueño.

Sobre el apoyo de un gran recuerdo comienza la historia de mi vida contigo.

Sobre el apoyo de toda una vida contigo comienza la vida de nuestro hijo.

Pero como fue que llegamos hasta aquí. Nosotros que eramos nadie, nosotros que sólo queriamos pintar la vida con colores alegres. ¿Te acuerdas del hambre, del frío de la soledad?...¿te acuerdas de la soledad?

Tantas veces te soñé despierto, tantas veces te tuve en mis sueños. Hoy te tengo y aunque sé que todo esto es real...aún lo siento como un sueño, hermoso sueño del cual no debemos despertar, hermoso sueño que debemos perpetuar porque ahora somos tres y de los tres es este nuevo sueño.

Claro que recuerdo la soledad, triste obsequio de la vida para mi niña que se fué. Lo que no recuerdo es tu cara en aquel entonces...no es que olvidare ese hermoso momento, pero ese hermoso momento es el fin de un algo que ya olvidé y con ello tu cara de aquel entonces.

Claro que hoy todo es un sueño del cual no debemos despertar, claro que hoy el sueño es de los tres y para los tres, pero nosotros pronto faltaremos y luego el sueño sólo será de nuestro tercero. Él debe conocer como fue la vida antes de este hermoso sueño.

Recuerdo cuando me enseñaste a pintar la vida, recuerdo cuando pintaste mi vida y de mi puente creaste una fortaleza y de mis miedos formaste caballeros. No recuerdo tu rostro de aquel entonces, pero sí tu respiración cerca de la mía, cubriendo mi cara, alejándola del frío. La soledad no la recuerdo, tu presencia es tan hermosa que he olvidado el sabor de aquella palabra.

Que será de mis cartones, que será de tus perros y mi ollas sucias, que será del café y el pan con dulce de membrillo agüado...

Seremos nosotros quienes lo llevemos ahora, quizá sin necesidad de agüarlo...y lo haremos por siempre y hasta que no existan ni los cartones ni los puentes ni las ollas sucias...sólo este hermoso sueño que hoy es de los tres.
...ustedes me avisan cuando quieran la otra entrega...